¡¡S.O.S.!! ¡¡S.O.S.!! EL BARCO SE HUNDE

"No se alarmen, pero les pedimos que ordenadamente se coloquen sus salvavidas, conserven la calma, lo que pasa es que…
¡¡El barco se está hundiendooooooo!!
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¡¡SOS, SOS!!"

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Tal vez sea tiempo de que alguien fomente un plan de rescate. Prácticamente no hay familia que no esté endeudada con su tarjeta de crédito, la casa de empeño o la mueblería. Los ayuntamientos y los gobiernos no responden con certeza y claridad, no dan una respuesta entendible para el común de la población, simplemente porque no encuentran a quién echarle la culpa, pues el aparato administrativo es el responsable de cuanto ocurre en el renglón monetario.
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Es necesario que la administración no se endeude a la ligera, pues es peligroso e irresponsable hacerlo, y que aplique una política de gastos racional.

Es imperioso poner énfasis en el desarrollo de áreas de oportunidad de ingresos para las familias e individuos y fomentar la ayuda para desarrollar las capacidades productivas; para esto último, las becas son una inversión muy redituable, pero se requiere aunque sea un poquito de visión para aplicarlo.
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Todos los sectores de la población somos un eslavón en el engranaje económico de nuestra sociedad, desde, niños y jóvenes, hasta señoras, señores, adultos mayores.
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Todos generamos derrama económica y desde el momento que compramos un chicle, un huevo o una pieza de pan pagamos el impuesto de esos productos.
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Desde esta perspectiva, mereceremos que esos impuestos se apliquen para beneficio de la población, para abrogar la desigualdad social y económica, y no solamente para mantener  los lujos de esos parásitos llamados legisladores. Este asunto tiene que dejar de ser un renglón olvidado el de la economía mexicana o de cualquier otra nación.
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